«Somos un iceberg de música alternativa con una puntita asomando en el mainstream»

roberto musso x juan manuel lopez
Roberto Musso, foto de Juan Manuel López

¿Por qué nace el cuarteto de nos? ¿Qué es lo que los lleva a empezar la banda?

La historia de El Cuarteto es muy particular, porque nos conocimos muy chiquitos, desde la secundaria. Empezó todo como un hobby, algo que hacíamos para divertirnos, y después todos hicimos nuestras carreras universitarias y el Cuarteto nos fue acompañando en ese trayecto de la vida. En un momento el grupo se volvió masivo en Uruguay y Argentina, y con el tiempo fuimos siendo más conocidos en el resto de Latinoamérica, pero fue muy paulatino todo.

¿Cómo era la escena en la que se desenvolvían en la época?

Era un momento muy difícil del país porque cuando éramos pre-adolescentes Uruguay estaba en plena dictadura militar, y eran momentos muy difíciles para la música en general y para el rock también. No había lugares para tocar, la gente salía muy poco. Era una época muy oscura la que nos tocó, y que nos marcó como generación. A veces es muy difícil transmitirle a las generaciones más jóvenes ese momento histórico del país, y cuando volvió la democracia a mediados de los ochenta nosotros ya estábamos entrando en la universidad y vivimos un momento de una efervescencia cultural y artística muy fuerte, en donde cuestiones que estaban prohibidas de la noche a la mañana se volvieron legales. Nos marcó muy a fuego todo esto y la escena musical cambió radicalmente. A principios de los noventa esa escena musical mutó a que surgieran grupos de rock con muchas cosas que decir, entre ellos nosotros.

Es una constante en Latinoamérica que al cambiar de gobierno (de opresor a uno democrático) el estilo de la música cambia, también. Ustedes mantuvieron siempre un estilo provocador, ¿fue consciente? ¿mantienen una posición política actualmente?

Al pasar los años cambia el mundo y nosotros también cambiamos. Si hace 20 años hacíamos canciones que eran provocadoras, pues ahora ya no lo son. En eso hemos estado siempre llevando el paso del tiempo. Y es cierto, El Cuarteto de Nos salió con una propuesta contestataria pero no política, de hablar de temas que eran tabú, que tal vez no estaban presentes en la época. Ese dejo de ironía y de humor ácido que tienen nuestras canciones más viejas son un poco el reflejo de la época. Pero con el correr del tiempo hemos intentado (y creo que lo hemos logrado) reinventarnos en cada disco, y por ejemplo, un disco como este último que sacamos (Habla tu espejo, 2014), no habría sido tan provocador cuando empezamos, pero sí lo es ahora, hablar de temas que no son tradicionales para nosotros. Siempre me gustó escribir las canciones desde mi vivencia y mi edad fisiológica (risas).

¿Cómo fue pasar de autoproducirse a sacar discos con sellos multinacionales?

Al principio no había más remedio que hacerlo todo independiente. Uruguay es un país chico con solo 3 millones de habitantes y por lo mismo es muy difícil vivir de la música aquí, y las pocas bandas de rock que lo conseguimos estamos saliendo fuera de Uruguay. Cuando surgió la posibilidad de que Raro (2006) sea editado por EMI de España nos gustó la idea y no hubo ninguna razón fundamentalista para no grabar con un sello multinacional, yo creo que nos vino muy bien. Siempre hemos tenido la libertad y la independencia para crear, tener un sello no ha interferido en la parte artística, por más que el sello esté ahí para sacar el disco las canciones siempre han sido lo más importante.

¿En qué momento el Cuarteto de Nos dio el giro a lo que es hoy internacionalmente?

Sin duda fue en el 2006 cuando salió «Raro» con «Yendo a la casa de Damián» y «Ya no sé qué hacer conmigo». Lo grabamos con Juan Campodónico y era la primera vez que grabábamos un disco con un productor que no éramos nosotros. Yo recuerdo claramente que lo grabamos sin mucha expectativa de que el suceso del disco fuera más allá del Río de La Plata, pero inmediatamente que salió llegó el interés de EMI de España, de México, y ese fue un quiebre para nosotros. Empezamos a tocar en festivales fuera de Uruguay y Argentina, que antes no había pasado nunca. Ese disco fue la llave que nos abrió la puerta para lo que estamos haciendo ahora, a partir de ahí no hemos parado de girar. De hecho ahora estamos en México y tenemos 12 shows en todo el país.

No es fácil salir del nicho, dejar la zona de comfort para buscar otros públicos por temor a fracasar. ¿Cómo ha evolucionado su experiencia tocando con cada gira?

Yo hice la carrera de ingeniería y todos teníamos profesiones varias, y a la vez tocábamos. Siempre digo yo que el método científico es muy parecido al método creativo y al arte. El temor fracaso es lo que un científico o un ingeniero menos le teme, ¿no? si fallaste, qué pena, probá de nuevo. El Cuarteto se basó un poco en eso, porque vimos que nuestra propuesta le atraía a mucha gente que quizá no era un público masivo. Hemos entrado por la puerta chica en todos lados, y sabemos que nuestra música no es convencional, y que la gente no está habituada a escuchar nuestros temas en la radio. Como decimos nosotros, somos un iceberg de música alternativa con una puntita asomando en el mainstream. Yo que escribo las letras y como un gran amante del idioma español he optado por exprimirlo lo más que pueda. Te diré que desde el inicio y hasta hace muy poquito, las giras que emprendíamos (sobre todo por Uruguay y Argentina) eran a pérdida o a empatar, porque son gastos muy altos. Pero sin un miedo al fracaso porque siempre creímos en nuestra propuesta y sabíamos que la gente se iría sumando, y ahora seguimos en ese camino.

¿Cuándo es que la ironía de la primera época del Cuarteto da paso al reflejo de lo personal/emocional? No sólo en las letras sino en la ejecución de las canciones.

Siempre me ha inspirado para escribir de las cosas que me pasan, lo que veo o lo que siento, nunca he podido escribir de cuestiones ajenas. Hay canciones de la primera época que escribí talvez con 17 o 18 años, y han pasado ya más de 25 años, y me encantan pero no volvería a escribirlas hoy. No me arrepiento pero no podría hacerlo ahora, y viceversa. No podría haber escrito con 18 años canciones como «No llora», «Roberto» o «Habla tu espejo». La empatía se crea con la gente porque me creen lo que estoy cantando. No podria estar cantando canciones sobre que estoy tomando vino en caja en la calle y tengo problemas con la policía porque no es lo que me pasa ahora (risas), hemos crecido en todo. Y hay mucha identificación de la gente, cuando veo que la gente se identifica tanto emocionalmente y energéticamente en los conciertos es muy gratificante.

Una banda con tantos años puede tener la tentación de mantener la fórmula para no perder a los primeros fans, ustedes decidieron no tomar ese camino. ¿Cómo se mantiene la relación con los fans de siempre?

Muy buena la pregunta que hacés, porque el cambio está en el ADN de la banda. Nosotros somos gente que siempre nos ha gustado cambiar porque es como lo sentimos, con un sello muy personal y distintivo del Cuarteto. Aunque escuches canciones con 10 años de diferencia sabés que somos nosotros, no estamos casados ni somos fundamentalistas de ningún estilo. Al inicio a la gente le costó un poco y yo entiendo que la gente se enamora de la banda en el momento en el que la conoce, y cuando cambia puede que ya no tanto. Si tenés la tentación de quedarte en tu zona de comfort corrés el riesgo enorme de entrar en un círculo vicioso, de ir envejeciendo con tu público por el simple hecho de ser complaciente. Soy un convencido de que el artista es el que tiene que proponer, y dar un paso adelante sin pensar en lo que la gente espera. Y todos esos momentos de alto riesgo son los que nos han sido más redituables, sinceramente estoy convencido de eso. Si hubiésemos seguido con la fórmula de los 90s estaríamos tocando solamente en Uruguay hasta hoy, de eso estoy seguro.

¿Consideras que la partida de Ricky fue un momento crucial en el cambio de estilo de la banda?

En el estilo no, porque «Raro» y «Bipolar» ya estaban grabados cuando Ricky se fue. Fue sí uno de los momentos más difíciles de toda nuestra vida, y lo raro del Cuarteto no era que se fuera un integrante, lo raro era seguir tanto tiempo juntos y que nadie se hubiera ido nunca. Pero su partida fue más una decisión artística que personal,y nosotros siempre hemos respetado nuestras decisiones personales y artísticas. Nuestras discusiones siempre son por sacar un tema o la tapa de un disco, pero luego nos tomamos unas cervezas y hablamos de fútbol o de la familia. La partida de Ricky fue un momento difícil pero como en todo, cuando hay algo negativo siempre aparece algo positivo y la suma de Santi y Topo fue hace 7 años ya que le dio una energía nueva.

Ir de gira puede ser agobiante, ¿cómo hacen para no desgastarse?

Conocernos desde muy chicos nos favorece mucho, porque hay un vínculo muy fuerte. La relación de banda es como si fuéramos una pareja, conviviendo, por un lado somos amigos, hermanos, y socios, y se mezclan muchos sentimientos y es un equilibrio muy difícil de mantener. Siempre que ha habido cambios, desde que entraron Santi y Topo o algún cambio entre los técnicos y la parte ejecutiva, siempre ha primado el elegir gente con un valor humano más fuerte de repente que más profesional, aunque obviamente buscamos músicos que toquen muy bien y gente que haga bien su trabajo, pero ese es el orden de las prioridades. Ahora que estamos en gira llevamos más tiempo juntos que con la familia, y cuando volvemos a Montevideo no nos queremos ni ver (risas). Nos juntamos para ensayar pero también necesitamos escapar un poco de la rutina que puede generar las giras.

Esta vez el disco (Habla tu espejo) habla más de ti y de cosas que pasaban en tu vida, ¿qué tan difícil fue abrir esa puerta?

Siempre que me pongo a componer las canciones para un disco nuevo, el temor y la incertidumbre siempre están presentes, sea el tema que sea de lo que vaya a hablar. El miedo ya no es a la hoja el blanco, es el miedo al Word en blanco (risas). En la teoría como banda ya queríamos hacer otro tipo de canciones, porque sabiamos que las canciones de la trilogía anterior (Raro, Bipolar y Porfiado) están muy vigentes en la gente y sabemos que las seguiremos tocando muchos años más. Había ganas de hacer algo diferente, y en mi vida estaban pasando cosas muy fuertes como haber sido papá por primera vez, y al mismo tiempo mi mamá que tiene el mal de Alzheimer se le había recrudecido la enfermedad, entonces era una vida que llegaba y otra que se estaba apagando y dije bueno, ¿por qué no investigo un poco por este lado? y ese es el sello que tiene «Habla tu espejo». En las anteriores había un Yo un poco más distante, pero en este el Yo Roberto está mucho más presente, y precisamente las canciones que tocan estos temas son las que se volvieron más emblemáticas: «No llora», «Habla tu espejo» y «21 de setiembre» son la columna vertebral del disco. Me costó mucho sí decidirme a empezar a hacerlas, pero una vez que estuve convencido de la temática y del concepto fluyó bien.

En el 2014 los vi en Aura, pero sé que han podido tocar acá varias veces antes de eso ¿Cuántas veces han intentado venir a Perú?

Son como dos o tres intentos fallidos de ir a tocar a Lima, y de hecho la primera vez que tocamos en Perú fue en Arequipa, porque nos fallaban los productores allá. Estábamos con todo listo para ir y hacer los shows pero a último momento no se solucionaba el tema de la producción y teníamos que cancelar. Por suerte en el 2014 pudimos tocar en una discoteca que recordás que era muy chica, ¿verdad?, y había mucha gente. Esta vez nos han dicho que el lugar es mucho más amplio así que estamos ansiosos por ir ya.

¿Qué te parece que ahora no sólo vienes a Lima sino que también tocarán en Oxampampa, en la selva?

Cada vez que armamos una gira nueva vemos la posibilidad de ir a Perú, y por suerte esta vez tocaremos no sólo en Lima sino también en Selvámonos, que es un festival alternativo. Cuando nos mandaron la propuesta nos encantó la idea de ir porque siempre nos han gustado los festivales alternativos, independientemente de la parte económica, y cuando se concretó la posibilidad no lo dudamos porque creemos que será una experiencia espectacular para nosotros. Creemos que es un lugar donde la propuesta del Cuarteto tan alternativa y tan distinta calza perfectamente. Justo después del show de Oxapampa me llevo a la familia a Lima para disfrutar mi semana de vacaciones.

Una de las canciones más emocionantes de su visita del 2014 fue «Enamorado tuyo», ¿son conscientes de la conexión que genera esa descarga emocional? Porque si bien sus letras tienen un lado irónico muchas veces el mensaje es claro y no necesita mayor interpretación.

Mira, se nota muy fuerte. Desde que tocamos «Buen día Benito», que por más que tenga ese dejo de ironía sobre el bullying y la venganza, cómo me lo cantan los pibes hasta a veces llorando de rabia, me pregunto si le hicieron bullying en el colegio, porque lo cantan con mucho sufrimiento. En un concierto en La Paz estábamos tocando «No llora», viéndolas llorando cantándola y me quebré, me emocionó muchísimo. Sentir que la gente está creyendo la honestidad con la que estás cantando es impagable.

¿Tú sientes que las canciones que haces son educativas?

Totalmente, siento que soy cada vez más responsable de lo que escribo, y siempre me he sentido con mucha libertad para escribir. Creo que si la canción deja un mensaje no muy explícito y la gente lo entiende, es muy gratificante. Por ejemplo, con «No llora», creo que si los padres y madres pensaran en darle esos consejos a sus hijos, tendríamos un mundo más lindo.

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